lunes, 25 de octubre de 2010

Corea fue sólo negocio


Uno tiene impotencia al ver situaciones como la de la carrera en Corea. Muchas cosas cambiaron con el transcurso de los años y resulta que ahora no se puede correr una carrera con una lluvia o una llovisna. Esa impotencia también la sintieron Fernando Tornello el domingo en los relatos de la Fórmula 1 y los co-conductores Adrian Puente y Juan "Tano" Fazzini.

Ya no sólo es la lluvia, también ante cualquier situación o choque de la carrera el auto de seguridad sale a la pista para dar al menos tres giros que desnaturalizan la carrera. Pero el domingo se llegó al punto máximo (espero que haya sido el punto máximo) de largar con Pace Car, y todos los apasionados de la F1 tuvieron que ver como terribles maquinas aceleraban detras de un auto de calle a velocidad paseo (si bien va rápido, no lo es tanto para un fórmula 1). El Gran Premio de Corea fue un fracaso de principio a fin, y posiblemente reciba muchas criticas. Sin embargo, no sólo fue por culpa del Gran Premio, si no que desde un principio se estaban haciendo mal las cosas. ¿Cómo se puede aprobar un circuito a una semana de que se corra en ese lugar? ¿Y las pruebas que se requieren? Esto es algo innedito y surge de los directivos de más arriba.

Una vez más Ecclestone va a estar en el ojo de las criticas junto a Charlie Whiting, el director de carreras de la Fórmula 1. Cuando algo es negocio pareciera que no vale nada más. Que se corra en Corea significa que se agrande el mundo de la competición, que haya nuevos sponsors, que haya nuevos televidentes, que haya más marketing. Y Ecclestone lo sabe muy bien eso y es por eso que cada vez aparecen circuitos nuevos como los innovadores de Singapur o Abu Dhabi y como los que van a venir: Rusia e India.

En un artículo anterior, comparabamos a Ecclestone con una telepantalla a la que hace referencia en el libro 1984 de George Orwell, pero en este caso, podría ser el Gran Hermano, porque vigíla todo, porque lo sabe todo, porque controla todo y no se le escapa nada. Donde hay mejoría económica, él está y su mano derecha Whiting lo ayuda. Muchas decisiones se toman sin mirar las posibles consecuencias: el Gran Premio en Corea sumó todo lo que el presidente de la dirección de la F1 quería, pero perdió lo que la gente quiere: atracción.

Tornello, Puente y Fazzini son tres más de los tantos que seguramente están disgustados por lo que sucede carrera a carrera. Pero lamentablemente ni desde este blog, ni relatando la competición se puede hacer algo para cambiar. No se puede luchar contra el Gran Hermano, porque él decide.

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