La carrera de Bélgica terminó y para empezar a poner en clima de lo que va a ser la fecha 14 del campeonato de Fórmula 1, en el Gran Premio de Italia, hacemos una conmemoración a aquellos pilotos que dejaron su vida luego de un accidente en el circuito de Monza.
En 1961, el aleman Wolfgang von Trips, se accidentó con su Ferrari contra su amigo Jim Clark que corría con Lotus y su monoplaza se levantó por el aire y mató a 14 espectadores más que estaban al borde de la pista. Jim Clark fue culpado por la muerte de las 15 personas, sin embargo no se le prohibió seguir corriendo y fue campeón en 1963 y 1965.
Nueve años más tarde, en 1970, el austriaco Jochen Rindt tuvo un problema en su Lotus al bloquerse las ruedas durante las prácticas del Gran Premio de Italia y su auto chocó contra el muro. El accidente ocasionó que partes del auto se clavaran en el pecho de Rindt causandole la muerte una hora después.
El tercer y último accidente fatal ocurrido en Monza fue el del sueco Ronnie Peterson, quien en esa carrera de 1978 tuvo que utilizar un monoplaza diferente al que venía utilizando ya que el suyo tenía fallas. Peterson se vió involucrado en un choque en cadena lo que hizo que su auto se estrellara contra las barreras de protección y se prendiese fuego al instante. Con la ayuda de sus colegas, Peterson pudo salir de su auto y llevado al hospital. Esa noche, el sueco sufrió una complicación llamada embolia grasa debido a sus fracturas multiples y falleció.
Curiosamente, los tres pilotos tuvieron una gran actuación en el año de su muerte:
La tecnología y la seguridad en la Fórmula 1 avanzó mucho, ojala que lo suficiente para que un hecho así no vuelva a ocurrir. En memoria a estos tres grandes pilotos.
En 1961, el aleman Wolfgang von Trips, se accidentó con su Ferrari contra su amigo Jim Clark que corría con Lotus y su monoplaza se levantó por el aire y mató a 14 espectadores más que estaban al borde de la pista. Jim Clark fue culpado por la muerte de las 15 personas, sin embargo no se le prohibió seguir corriendo y fue campeón en 1963 y 1965.
Nueve años más tarde, en 1970, el austriaco Jochen Rindt tuvo un problema en su Lotus al bloquerse las ruedas durante las prácticas del Gran Premio de Italia y su auto chocó contra el muro. El accidente ocasionó que partes del auto se clavaran en el pecho de Rindt causandole la muerte una hora después.
El tercer y último accidente fatal ocurrido en Monza fue el del sueco Ronnie Peterson, quien en esa carrera de 1978 tuvo que utilizar un monoplaza diferente al que venía utilizando ya que el suyo tenía fallas. Peterson se vió involucrado en un choque en cadena lo que hizo que su auto se estrellara contra las barreras de protección y se prendiese fuego al instante. Con la ayuda de sus colegas, Peterson pudo salir de su auto y llevado al hospital. Esa noche, el sueco sufrió una complicación llamada embolia grasa debido a sus fracturas multiples y falleció.
Curiosamente, los tres pilotos tuvieron una gran actuación en el año de su muerte:
- Jochen Rindt ganó esa temporada (1970) ya que ningún otro piloto pudo alcanzarlo y se convirtió en el único campeón póstumo de la Fórmula 1.
- Wolfgang von Trips quedó segundo en el campeonato de 1961 a 5 puntos del campeón Phil Hill.
- Ronnie Peterson también fue el subcampeón del año 1978, detras del estadounidense Mario Andretti, quien le ganó por 13 puntos.
La tecnología y la seguridad en la Fórmula 1 avanzó mucho, ojala que lo suficiente para que un hecho así no vuelva a ocurrir. En memoria a estos tres grandes pilotos.
Por Nicolás Etcheverrito
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